En un zarpazo surrealista, el alumbrado vence al diagrama que fijó Benoit en el siglo XIX. Dentro del palacio, Alak se conforma con fotografiarse junto a la nieve caida hace un tiempo, fruto de su gestión, mientras en sus narices la realidad se revela de formas mucho más espectaculares.
2 comentarios:
Que mas decir que tus fotitos no digan, siempre paso y nunca comento, pero las palabras a veces están demás...
Abrazo grande Marian!
Besote
Pily.-
hola pictorista!!!!como le va tanto tiempin? che cuando hay posteo nuevo??!!!ya me aburri de esto, no de mala onda pero......postea. beso, lo quiero muchio. rochy de alguna vez tukjamon.
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