No es un buena foto, pero por lo menos es una. Con aquél Cardenal que me cautivó la primera vez que observé realmente un ave, ni siquiera sabía operar una cámara manual. El pajarito se posó allí lo suficiente como para mostrar que a la belleza con que cuenta desde siempre debe trabajarla. Descansar entre la mugre para acicalarse y desentonar entre sus congéneres debe ser plan diario para este amiguito del cual solo reconozco sus colores brillantes. Pd: Cualquier dato posteado será agradecido!!!
Periodista y Fotógrafo platense con ganas de mostrar algunas ideas. Escriba a mcordovin@gmail.com
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