martes, 27 de febrero de 2007

Vigilar y castigar

Nada puede escapar al baño de luz que proyecta la torre. Algunos se han refugiado en esa vieja instalción, pero pronto necesitan salir, para ver.
En algún momento alguien desciende por la escalerilla y se pierde. Un desconocido.
El viento produce el sonido estamental que pocos aprecian. Los focos gimen de tanto en tanto cuando titilan de cansancio.

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